En la Rue du Bac, en París en 1830, la Virgen pide rezar el Rosario.
En La Salette (Alpes franceses), en 1846, así como en Pellevoisin (centro de Francia) en 1876, la Virgen María es adornada con las tres coronas de rosas: gozosa, dolorosa y gloriosa del Rosario.
En Lourdes (Pirineo francés), en 1858, la Virgen María se apareció en una gruta donde creció un escaramujo (rosa silvestre), llevaba un rosario y, en cada uno de sus pies, floreció una rosa.
En Pontmain (oeste de Francia), en 1871, durante el rezo del Rosario, María creció y las estrellas se multiplicaron.
En Fátima (Portugal) en 1917, renovó su petición y explicó que el rezo del Rosario era absolutamente necesario para la salvación del mundo...
En Beauraing y Banneux (Bélgica), en 1933, se apareció la Virgen María con un rosario.
En Île Bouchard (centro de Francia), en 1947, la Virgen María entregó el rosario a los pequeños videntes y les enseñó a rezarlo.