5 de octubre – Beato Bartolo Longo que establece en Pompeya el santuario de Nuestra Señora del Rosario (†1926) – Santa Faustina

El beato Bartolo Longo consagra toda su vida a la devoción mariana

"El Beato Bartolo Longo tenía un carisma especial, el de un verdadero apóstol del Rosario. Se sintió llamado a construir en Pompeya un santuario dedicado a la Virgen del Santo Rosario cerca de las ruinas de la antigua ciudad apenas penetrada por el anuncio del Evangelio, antes de ser sepultada en el año 79 por la erupción del volcán Vesubio y resurgir de sus cenizas siglos después, como testimonio de las luces y sombras de la civilización clásica. A lo largo de toda su obra, en particular a través de los 'Quince sábados', Bartolo Longo desarrolló la visión cristológica y alma contemplativa del Rosario; para ello encontró especial estímulo y apoyo en León XIII, el 'Papa del Rosario'" (Juan Pablo II, carta apostólica Rosarium Virginis Mariae del 16 de octubre de 2002).

Nacido en Apulia, en 1841, Bartolo Longo estudió derecho civil en Nápoles. Allí asistió a sesiones de espiritismo y perdió la fe. Gracias al hermano Radente recuperó la gracia divina y abrazó la regla de la Tercera Orden Dominica en 1871, bajo el nombre de hermano Rosario, lo que fue para él un augurio.

De hecho, dedicó toda su vida a la devoción mariana, construyendo un santuario a Nuestra Señora del Rosario y fundando una congregación de hermanas dominicas bajo el mismo nombre. Publicó libros en alabanza a la Virgen y a la Orden; publicó obras con el objetivo de incrementar la fe y la justicia social. Se casó con una viuda, María Ana Farnararo, su continuadora en las obras de caridad.

El 5 de octubre de 1926 descansó en la paz del Señor y en 1980 fue inscrito entre los bienaventurados por Juan Pablo II.

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