El santuario de Santa María del Fonte (Santa María de la Fuente, también llamada “Nuestra Señora de Caravaggio”) fue construido entre los siglos XVI y XVIII, cerca de la ciudad de Bérgamo, en Italia. Iniciada más precisamente en 1575, su construcción fue fuertemente alentada por san Carlos Borromeo, arzobispo de Milán.
El lugar corresponde al de una aparición de la Virgen María, ocurrida el 26 de mayo de 1432, a una joven campesina de la región, Giannetta de Vacchi. Cuenta haber visto a una joven semejante a una reina que, presentándose como María, Madre de Dios, la habría invitado a no tener miedo, antes de confiarle el siguiente mensaje:
«Me ha sido concedido salvar a los cristianos de los inminentes y merecidos castigos de la Justicia Divina, y venir a anunciar la paz».
La Virgen también dejó varias instrucciones, entre ellas, la petición de construir una capilla en el lugar de la aparición, lo que se hizo poco después, antes de la construcción del edificio actual. La tradición atribuye un origen milagroso a la fuente situada bajo el altar mayor, de la cual todavía hoy brota agua. Por ello, los peregrinos que frecuentan este majestuoso santuario bergamasco, acuden habitualmente a tomar agua. La iglesia fue elevada al rango de basílica menor por el papa Pío X en 1906.