19 de mayo – Italia: Nuestra Señora de los Enfermos

El escapulario protege a alma y cuerpo de los peligros (I)

Entre los cinco puntos de devoción a su Inmaculado Corazón solicitados por la Virgen María a los niños de Fátima (Portugal), dos requieren solo un esfuerzo limitado. Además, todos los católicos deben tomarse en serio el ponerlos en práctica. Estos dos puntos son: la consagración al Inmaculado Corazón de María y el uso del escapulario de Nuestra Señora del Carmen. Detengámonos hoy en el uso del escapulario.

Muchas gracias para la protección del alma y del cuerpo han sido obtenidas por el escapulario, como el sacerdote que fue baleado a quemarropa por un malhechor mientras decía la Misa: ¡la bala fue detenida por el modesto paño de lana marrón!

Además de la preservación del infierno y la protección contra los peligros del alma y el cuerpo, el escapulario puede traer otra gracia: la liberación de todas o parte de las penas del purgatorio. En efecto, a quienes, al uso del escapulario, añadan el rezo diario del oficio de la Santísima Virgen y la castidad según su estado, la Virgen promete llevarlos al cielo el sábado siguiente a su muerte. De ahí el nombre de privilegio sabático (sábado).

Es posible conmutar el rezo del pequeño oficio por el del Rosario. De esta manera, protegiéndonos de las penas del purgatorio, responderemos a un pedido particularmente querido por Nuestra Señora desde que lo hizo en cada una de las seis apariciones de 1917: el rezo diario del Rosario.

 

Adaptado de: Yves de Lassus 

Fuente : https://www.fatima100.fr/le-port-du-scapulaire

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