Este es el icono de los iconos, porque inspiró a todos los demás: descubramos el significado de la Virgen que muestra el camino, esto es, a su Hijo.
La Virgen Hodigitria, “la que indica el camino” en griego, es el icono por excelencia que recuerda a los cristianos hacia dónde mirar, especialmente en los momentos de dificultad. Porque Ella, con un gesto delicado, indica el camino hacia Dios. Y Dios aquí no está representado por un Cristo en la flor de la vida, sino por el divino Niño. Este elemento recuerda ya al evangelio de san Marcos: «En verdad os digo: el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él» (Mc 10, 15).
La ancestral representación de la Virgen Hodigitria y el Niño, icono predilecto de los occidentales, en realidad proviene de Oriente. Según la tradición, el primero lo hizo el mismo san Lucas y luego lo trajo de Tierra Santa a Blachernitissa, en Constantinopla. Sin duda, debido a que san Lucas leía con tanta claridad en Ella, a menudo se le ha representado como un retratista de María y, más aún, se le ha atribuido la primera Hodigitria.
No hay evidencia científica de que san Lucas supiera pintar. Si se le ha atribuido este icono, es sin duda porque se le considera como quien mejor conoce a la Virgen. Y con razón: de los 152 versículos del Nuevo Testamento que hablan de la Madre de Dios, 90 son de él. Fue él quien supo describir con tanto detalle la personalidad de la Virgen María, llegando incluso a evocar sus reflexiones más profundas. ¿No escribe que Ella "retuvo todos estos hechos y los meditó en su corazón" (Lc 2,19), restituyendo así el modo en que María releyó en su memoria las acciones y los gestos de Jesucristo cuando aún era un niño pequeño?
Arthur Herlin, extractos tomados de L’Hodigitria : l’icône de la Vierge qui montre le chemin (“Hodigitria, el icono de la Virgen que muestra el camino”).