Nuestra Señora de Mantara, al sur de Sidón, en la arquidiócesis greco-melquita-católica de la diócesis de Saïda y Deir-Al-Kamar en el Líbano, ¡atrae a multitudes cada vez mayores!
"Mantara" proviene del verbo árabe "natara" que significa “esperar”. Según la tradición, la Virgen María "esperó" a Jesús en una gruta mientras Él predicaba en Sidón, la actual Saida. Las ciudades paganas estaban, de hecho, prohibidas para las mujeres judías. El viaje de Cristo a Sidón, donde cura a la hija de la cananea, está atestiguado por los Evangelios (Mt 15, 21-28 y Mc 7, 24-31).
En el siglo XVIII, cuando el obispo de Tiro, Saida y Marjaium (Felipe de Cesarea), acababa de proclamar la unidad de su diócesis greco-melquita con Roma, un pastor que velaba su rebaño, sentado bajo una encina tocando su flauta, escuchó de pronto el doloroso balido de uno de sus cabritos. Corrió al lugar y vio que uno había caído en un pozo. ¡Limpió la maleza y descubrió un camino angosto que conducía al fondo de una cueva! Su angustia se transformó entonces en alegría cuando encontró en el fondo de la cueva un icono de la Virgen sobre un antiguo altar. Luego salió rápidamente, dejó su rebaño y fue a anunciar la buena nueva a los habitantes de Magduché.
¡La gente acudió en multitud de inmediato! Entonces sonaron las campanas para anunciar que se había encontrado la Cueva de la Espera y se organizaron procesiones en el pueblo. Así se reanudó el culto en esta cueva, pues una larga tradición nos cuenta que allí esperaba la Virgen a su Hijo mientras predicaba en Sidón.
Muchas curaciones se atribuyen a Nuestra Señora de Mantara. Dos folletos, escritos por un obispo de Saida en la década de 1910, cuentan 16 milagros, incluido el que permitió que una religiosa de San José recuperara la vista. Casi la mitad de estos milagros se refieren a niños y mujeres estériles, por lo que a veces se la llama "Nuestra Señora de los Niños".
Incluso hoy en día, muchos niños son bautizados en la cueva. Luego son consagrados a la Virgen.
Fuente : Enciclopedia Mriana