Me parece importante hacer saber que muchos de nosotros, padres, familias y amigos en Hungría, amamos y apoyamos a las Hermanas Marianas. Para nosotros la existencia de las Hermanas Marianas es una bendición de Dios y una efusión de gracia.
Somos húngaros mi marido y yo, y fuimos profesores de secundaria. Criamos a siete niños durante este tiempo difícil del régimen comunista (40 años). Sin quejarnos, vivimos la política de la trucha que «nada contra corriente».
Cuando nacieron nuestros hijos, los hicimos bautizar y los consagramos a María. Dios eligió a tres de ellos para su servicio: uno se convirtió en sacerdote, las otros dos son religiosas. Todos los demás y nuestros 17 nietos dan gloria a Dios. Tuvimos la gran alegría de conocer a la Madre Myriam, fundadora de la Comunidad de las Hermanas Marianas. ¡Y tuvimos la gracia de que una de nuestras hijas fuera admitida en esa comunidad!
La espiritualidad de la comunidad se compone de sencillez, obediencia a la Iglesia y caridad a imagen de María. Y hemos experimentado estos frutos: dos de nuestros niños han sido curados gracias a su cuidado competente, su preocupación y por la oración de cada una de ellas. El vínculo de nuestra hija con nosotros desde que entró en esta comunidad se ha hecho más profundo en el amor.
Muchas veces pudimos experimentar la presencia activa de la comunidad en nuestras alegrías y tristezas. Cuando mi hija mayor quedó paralítica después de un accidente automovilístico, la madre Myriam nos ofreció su ayuda. En 1998 yo fui operada. ¡Las hermanitas me cuidaron turnándose para velar por mí!
Lo hacen con todas las familias. Pude ver el profundo amor que reina en esta comunidad entre las Hermanitas. Cuando en 1998, en Hungría, la madre Myriam y sus hermanas fueron perseguidas, ¡nos impresionó su fidelidad inquebrantable a Cristo Crucificado y a María al pie de la cruz!
Que Dios ayude a esta magnífica comunidad de Hermanas Marianas que aún hoy en Hungría enfrenta muchos obstáculos; pidamos a María que la proteja y que haga crecer su magnífico esplendor.
ZM y UJ, 8 de mayo de 2015: http://soeurs.mariales.com/temoignages/familles/