«¡Ya no quiero caminar sin María!»

En el año 2004, teníamos planeado ir en familia a Medjugorje* (Bosnia Herzegovina); pero resultó un poco complicado organizar el viaje. Afortunadamente, una amiga me dijo que iba con un grupo, un cierto "Club Medj"... Entonces, las cosas fueron muy rápido y unas semanas después iba en un autobús rumbo a Medjugorje, con dos amigos.

Comienza el viaje, se hacen las presentaciones. Llegamos luego a Medjugorje Cuando se anunció el programa, mi entusiasmo decayó un poco, pues nos ofrecieron rezar el Rosario tan pronto como llegáramos. Con esfuerzo logré rezar una decena... ¡Pero me dije que tenía que jugar el juego! ¡Y nunca se me había ido el tiempo tan rápido! Debo decir que María nos tomó de la mano nada más llegar.

Pasaban los días y reconozco que no todo fue color de rosa. Algunas enseñanzas a veces remueven un pasado doloroso y nos decimos a nosotros mismos que ¡preferiríamos estar en París, en casa, muy tranquilos, viendo un DVD! Pero incluso si a veces recibimos grandes golpes, rápidamente comprendemos que María usa todo ello para ayudarnos a avanzar en el camino de la curación. ¡Y nunca te sientes sola, en primer lugar, porque siempre hay un lugar adónde ir a rezar, pero también porque todo el equipo que supervisa la peregrinación realmente te apoya! ¡Todos son de una disponibilidad incomparable! ¡Te encuentras con personas que realmente se convierten en tus hermanos y hermanas!

Luego termina la "peregrinación", el regreso al mundo a veces es bastante difícil, ¡pero María no nos suelta de su mano! No salimos indiferentes de semejante peregrinaje. Recibimos muchas gracias en nuestro camino, pero también recibimos muchas en nuestro regreso. Muchas veces no sabemos por qué vamos allí, pero si nos encontramos allí, es sencillamente porque nuestra querida Madre celestial nos ha invitado. Es difícil resumir una semana tan rica en unas pocas líneas, pero una cosa es cierta: por mi parte, ¡descubrí a María y ya no quiero caminar sin ella!

Anne Laure

www.clubmedj.com

* Lugar de apariciones marianas en Bosnia-Herzegovina, al que cada año acuden millones de peregrinos del mundo entero.