3 de diciembre – 1er Domingo de Adviento – San Francisco Javier († 1552)

La profecía de Jacob a propósito de la venida del Mesías

Shutterstock/Jorisvo
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La primera de las profecías a meditar durante este tiempo de Adviento evoca el momento de la venida del Mesías y se encuentra en el Génesis (Gn 49, 1-10), cuando Jacob, nacido de Isaac, bendijo a sus hijos antes de morir. «Reúnanse que voy a anunciarles lo que les sucederá en los días venideros». Y continúa: «No se apartará de Judá el cetro ni el bastón de mando de entre sus pies, hasta que venga aquel, a quien le pertenece, y a quien deben obediencia las naciones»

Este pasaje, que siempre ha sido entendido por los exégetas de Israel en un sentido mesiánico, cobra nueva relevancia en tiempos de la Virgen, después de que Herodes fuera nombrado rey de Judea poniendo fin a la dinastía judía asmonea. Luego, Judea se convirtió en provincia vasalla de Roma y permaneció así hasta la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C.

Con el advenimiento de Herodes I, la autoridad pasa a los romanos y el signo mesiánico se cumple, ya que es en el momento de la venida del Mesías cuando el cetro se aleja definitivamente de Judá. Los judíos podrán ahora responder con pleno derecho a Pilato, durante el juicio de Cristo: «No tenemos más rey que el César» (Jn 19, 15).

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