Los jordanos, como el resto de la cristiandad en el Medio Oriente, están muy apegados a la Santísima Virgen.
Como sacerdotes, tratamos de extender el rezo del Rosario, porque es una devoción muy concreta, que acerca al creyente a la vida de Jesús y María. ¡Incluso conocemos ortodoxos que rezan el Rosario católico todos los días!
Esta devoción nos permite tomar conciencia de un elemento crucial de la fe católica: cuando le pedimos a la Santísima Virgen cincuenta veces al día que ore por nosotros "ahora y en la hora de la muerte", tomamos conciencia de que esta "hora de la muerte" es la hora más importante de nuestra vida. También les decimos a los fieles que deben rezar el Rosario con fe, convicción, tranquilidad y paz, porque en la hora de su muerte, la Santísima Virgen estará a su lado.
¡Por eso, siempre llevo un rosario extra en mi bolsillo para poder dárselo a cualquiera que no lo tenga!