Está claro que el culto a la Santísima Virgen se ve marginado en la cultura contemporánea o al menos en las imágenes que esta crea de Ella. De cualquier forma, Lourdes sigue atrayendo a multitudes y los demás santuarios marianos siguen llenándose. Lo primero no merece ser comentado y mucho menos que hagamos preguntas doctas alarmando a la gente.
Algunos católicos tienen algo de responsabilidad en esta marginación. Ellos tienen la impresión de que la atención a la Madre parece a veces fijada en Ella hasta el punto de hacernos olvidar que es al Hijo a quien debemos unirnos. (…)
Para convencerse de que se trata de una estrechez no solo de la piedad, sino también de la inteligencia de la fe y de la inteligencia en general, basta remitirse al libro de uno de los mejores teólogos franceses del siglo XX, a quien estamos en proceso de redescubrir: el padre Luis Bouyer (1913-2004), protestante de nacimiento y, por tanto, rebelde contra toda “Mariolatría”, convertido al catolicismo y hecho sacerdote del Oratorio. El libro en cuestión tiene un título algo esotérico: El Trono de la Sabiduría. Fue publicado en 1957, pero reeditado por la editorial Cerf en 2009. El subtítulo es significativo: Ensayo sobre el sentido del culto mariano.
En él se explica, desde las primeras páginas, que el prototipo de humanidad tal como Dios nuestro Padre la quiere en su amor no es Cristo, su Hijo eterno hecho hombre en la historia, sino su Madre, de quien tomó la carne, algo a lo que Ella accedió libremente y cuyo “sí” sigue siendo ejemplo de referencia y matriz de toda fe, lo que la convierte espiritualmente en Madre de todos los creyentes.
Primera exonerada del pecado y de la muerte, no cesa de invitarnos a hacer lo que Ella misma hizo y aconsejó a los sirvientes en las bodas de Caná: "Haced lo que él os diga" (Jn 2, 5). Y no contenta con animarnos a hacerlo, nos toma como hermanos adoptivos de su Hijo, como Él se lo pidió en la cruz por medio del Discípulo Amado (Jn 19, 28-27).
Prof. Jean Duchesne, miembro del Observatorio Fe y Cultura de la Conferencia Episcopal de Francia, cofundador de la edición francesa de la revista Communio creada por Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y Joseph Ratzinger.