Estoy muy triste porque en el país donde se apareció la Virgen (Fátima, Portugal), se está aprobando una ley para matar, una ley que se suma a la larga lista de países que practican la eutanasia. Por eso hoy, pensando en la Virgen, miremos a María como modelo de mujer por excelencia, que vive plenamente un don y una tarea: el don de la maternidad y la tarea de cuidar a sus hijos en la Iglesia.
Ustedes también, como mujeres, tienen este don y esta tarea, en todos los ambientes donde estén presentes, conscientes de que sin ustedes estos ambientes están aislados. No es bueno que el hombre esté solo, por eso hay mujeres. María nos enseña a generar vida y a protegerla permanentemente, entrando en relación con los demás con ternura y compasión, y asociando tres lenguajes: el de la mente, el del corazón y el de las manos, que deben estar coordinados.
Lo que la mente piensa, el corazón siente y las manos hacen. Lo que siente el corazón debe estar en armonía con lo que piensa la mente y hacen las manos; lo que hacen las manos debe estar en armonía con lo que sentimos y lo que pensamos.
Como he dicho en otras ocasiones, creo que las mujeres tienen esa capacidad de pensar lo que sienten, de sentir lo que piensan y de hacer lo que sienten y lo que piensan. Las animo a seguir poniendo esta sensibilidad al servicio de los demás.
Papa Francisco, 16 de mayo de 2023.