En 1637, un campesino de unos 20 años, llamado Miguel Juan Pellicer (1629-1647), de Calanda, en Aragón (España), cayó de una mula tirando de un carruaje y se rompió la pierna. El accidente tuvo lugar en Castellón de la Plana. Fue ingresado en el hospital de Valencia el 3 de agosto de 1637 y luego trasladado al Hospital Real de Zaragoza a principios de octubre. Reducido a la mendicidad, prueba en vano diferentes remedios para curarse.
A finales de octubre le amputaron parte de la pierna por encima de la rodilla. Aunque el paciente estaba adormecido con drogas, Miguel sufrió terriblemente durante la operación e invocaba continuamente a la Virgen del Pilar, según testigos. La pierna está enterrada, como era costumbre en la época, en un lugar especial del cementerio del hospital. Luego le cauterizaron el muñón con fuego.
Miguel permaneció en el hospital unos meses, hasta que en la primavera de 1638 le proporcionaron una pierna de palo y muletas y le dieron de alta. Durante los siguientes dos años, vivió mendigando fuera del Santuario del Pilar, con un permiso especial.
El 29 de marzo de 1640 se durmió en el dormitorio de sus padres. Poco después, su padre descubre que de la manta sobresalen dos pies: ¡su pierna amputada ha vuelto! El 5 de junio de 1640 se inició un juicio canónico. El 22 de abril de 1641, el municipio de Calanda eligió como patrona a Nuestra Señora del Pilar. El 27 de abril siguiente, monseñor Apaolaza, arzobispo de Zaragoza, declaró:
“Decimos, pronunciamos y declaramos que Miguel Juan Pellicer […] recuperó milagrosamente la pierna derecha que anteriormente le había sido amputada; esta restitución no es obra de la naturaleza, sino que ha sido efectuada de manera admirable y milagrosa, y debe ser registrada como milagro” (AASS, julio, t. VI, 120 y Copia literal y auténtica del Proceso y sentencia de calificación, Zaragoza, 1940, 28, citado en su traducción francesa por Deroo, 79).
En 1671 se acuñó una medalla conmemorativa del milagro. Miguel Juan rezaba a la Virgen del Pilar antes de dormirse, entonces “se vio en sueños en la ermita de Zaragoza, ungiendo, con aceite de las lámparas encendidas ante la Virgen, su muñón dolorido”.
Tomado del Diccionario de las Apariciones del P. Laurentin, Fayard 2007
*El santuario de Nuestra Señora del Pilar se encuentra en Zaragoza, España.