Bruno Cornacchiola, un protestante extremista, quería matar al Papa. La Virgen se le aparece en Tre Fontane, un barrio de Roma, el 12 de abril de 1947 y le dice de forma tajante: «Me estás persiguiendo, ¡detente ya! Vuelve al redil santo (...) Que oren y reciten el Rosario diariamente por la conversión de los pecadores, de los incrédulos y por la unidad de los cristianos».
La Madre de Dios le indica un sacerdote al que debe seguir y al que reconocerá a las primeras palabras que le dirija. «Cuando encuentres al sacerdote, obedécelo». María bendice el lugar: «Con esta tierra de pecado haré poderosos milagros por su conversión». El mismo día él grabó con su propia mano en la roca: «En esta gruta se me apareció la Divina Madre. Ella con amor me invita a unirme a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana…».
Un segundo sacerdote indicado por la Virgen lo condujo al papa Pío XII el 9 de noviembre de 1949, durante una audiencia concedida a los conductores de tranvías de Roma. Después del rezo del Rosario en su capilla privada, el Papa ve que se adelanta Bruno quien le dice: «Santísimo Padre, aquí tiene la Biblia protestante con la que he "matado" muchas almas»; luego, con lágrimas en los ojos: «¡Aquí tiene el puñal, con la inscripción “muerte al Papa”, con el que pensaba matarle! Vengo a pedirle perdón». Y el Papa respondió: Al matarme, no habrías dado más que un nuevo mártir a la Iglesia; y a Cristo, una victoria del amor. Hijo mío, el mejor perdón es el arrepentimiento…».
Mucho más tarde, en 1978, Bruno se encontrará con Juan Pablo II, quien le dirá: «¡Has visto a la Madre de Dios, así que debes convertirte en santo!»
Equipo de Marie de Nazareth
Enciclopedia Mariana