«Después del hallazgo de una estatua de María por una anciana no cristiana en un basurero en Mongolia, el cardenal Giorgio Marengo, misionero de la Consolata y prefecto apostólico de Ulán Bator, capital de Mongolia, está cada vez más convencido de que el descubrimiento de la estatua de María en medio de la basura simboliza la actitud de la Virgen, «siempre dispuesta a encontrarnos incluso en los lugares de desesperación, rechazo, dolor y abandono». Reveló que había hablado sobre la estatua con el Santo Padre, «Cuando hace unos meses lo visité con una pequeña delegación de monjes budistas de Mongolia, le mostré una foto que le agradó muchísimo».
El epílogo de la historia se dio el 8 de diciembre de 2022, en la solemnidad de la Inmaculada Concepción, cuando el cardenal Marengo decidió consagrar toda Mongolia a María. El acto tuvo lugar en la catedral de Ulán-Bator, frente a la estatua del basurero que, para la ocasión, había sido entronizada en la catedral y cubierta con un abrigo especial hecho con "muchas pequeñas piezas de tela enviadas por la Prefectura Apostólica en nombre de la mayoría de los fieles mongoles y de los misioneros», explicó el cardenal. «Cada pedacito de tela representa un momento clave en sus vidas».
La Virgen vela ahora sobre un país inmenso donde solo hay 1400 católicos (todos se encuentran en la Prefectura Apostólica de Ulán-Bator) y donde la Iglesia está presente desde hace solo 30 años.
«Hay que dar gracias a Dios», concluyó el cardenal Marengo, «por el hecho de que en tan solo 30 años la Iglesia haya logrado establecerse y echar raíces aquí, después de un largo período de comunismo». Me gusta recordar una imagen que usó el papa Francisco para describir estas pequeñas comunidades eclesiales, dirigiéndose hace algún tiempo a los obispos de Asia Central: «Son –dijo– brotes en la estepa. Brota bajo el manto amoroso y protector de María. A través de este hallazgo, la Virgen quería decirnos algo».
Fuente: L’Osservatore Romano, 20 de enero de 2023 (traducido del inglés)