Hoy lunes, día de los misterios gozosos, meditemos en el 3º misterio gozoso: el nacimiento de Jesús, cuyo fruto es el espíritu de pobreza practicando el desapego de los bienes terrenos.
Jesucristo nació en un establo. Su Madre lo coloca en un pesebre a donde vienen a visitarlo los pastores, luego los Reyes Magos. María pasa de la etapa de aprendizaje después de tres meses con su prima Isabel a la de experiencia personal para convertirse en madre. María, inmaculada, esto es, sin la mancha del pecado original, da a luz a Jesús, sin dolor (ver Génesis 3, 16). José, aunque presente, se desvanece. María es visitada por pastores y eruditos, los Reyes Magos de Babilonia con sus regalos.
Desde nuestra perspectiva actual, podemos preguntarnos:
¿Por qué no nació Jesús en un palacio en lugar de en un miserable establo?
¿Por qué María permanece tan tranquila cuando José no encuentra alojamiento para su parto? ¡María tenía plena confianza en Dios!
Además, María, sigo confiando en ti. Sigo tu mirada que me lleva a tu Hijo. Imagino a los que te visitaron en el pesebre para la primera adoración con la Presencia Real. María, tengo muchas preguntas en mi vida diaria como tú en el pesebre con el Hijo de Dios.
Meditación propuesta por Régis y Nicole Burrus.