15 de octubre – Santa Teresa de Ávila, doctora de la Iglesia († 1582)

Con María, pongámonos en camino pronto

Hoy sábado, día de los misterios gozosos, meditemos el segundo misterio gozoso: la Visitación, cuyo fruto es la caridad fraterna.

María visita a su prima Isabel: “Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y está ya en el sexto mes la que se decía que era estéril” (Lc 1,36). Isabel será la madre de san Juan Bautista. María la ayuda durante tres meses.

Aunque María se hace muchas preguntas, rápidamente se pone en camino y elige servir a Isabel, su prima muy anciana, que vive a 110 km de Nazaret. Así, durante tres meses, la ayudará preparando el fuego, sacando agua del pozo, hilando los pañales. Aprenderá los preparativos para un recién nacido, aprenderá a traerlo al mundo, a alimentarlo.

Con nuestra visión actual, ¿cómo podría haber reaccionado María sin esta confianza en Dios? “¿Por qué no hacer una fiesta con mis amigos para ensalzar esta singular noticia, anunciada desde hace tanto tiempo (500 años) por los profetas? ¿Por qué no posponer este viaje a casa de Isabel para más tarde? Una vez allí, ¿por qué no delegar todas esas tareas en otras personas?”.

Con la mirada humilde de la fe, la esperanza y el amor, a imagen de María, podemos decir esto: “Jesús, acepté tu plan, ahora confío en ti, así que entro de todo corazón en la escuela de María. Ella me preparará, dejaré que me instruya sin poner condiciones, sin entenderlo todo. Jesús y María, no espero para responder. Escucho mi corazón y actúo. Aquí encuentro una oportunidad para practicar la caridad cristiana tendiendo la mano a los seres queridos que necesitan una mano amiga. Jesús y María, acepto estar en su escuela y por eso pongo manos a la obra. Con María quiero aprender a rezar mejor el Rosario”.

Meditación propuesta por Régis y Nicole Burrus.

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