5 de octubre – Beato Bartolo Longo quien construye en Pompeya el santuario de Nuestra Señora del Rosario (+1926) – Santa Faustina

María, ayúdanos a entrar en nuestra nueva vida de resucitados

Hoy, miércoles, día de los misterios gloriosos, meditemos en el primer misterio glorioso: la resurrección de Jesús.

Durante la gran Vigilia Pascual que celebra la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la Iglesia nos pide renovar las promesas de nuestro bautismo. No sepultados con él s recuerda la enseñanza de san Pablo:

“Somos  sepultados con Cristo por el bautismo que nos sumerge en su muerte, para que al igual que Cristo resucitó de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. (…) sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él, a fin de que fuera destruido el cuerpo de pecado y dejáramos de ser esclavos del pecado y reconozcamos también que hemos muerto al pecado y que estamos vivos para Dios en Cristo Jesús” (Rom 6, 4-11).

La Resurrección es el misterio central de nuestra fe. Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe, dice san Pablo y seríamos los más infelices de los hombres. ¡Pero Cristo verdaderamente resucitó y se apareció a los Apóstoles!

Cada domingo nos hace revivir este misterio de la Resurrección. Es el día que ha hecho el Señor, su "día". Pasémoslo en gozo y alegría cristiana y pidamos a la Virgen que nos ayude a recibir cada vez más esta gracia de vida nueva, para obtener una fe mayor y una conversión más radical de nuestra vida a Cristo. Porque, “a todos los que la recibieron [ la Palabra] les dio poder de hacerse hijos de Dios” (Jn 1, 12).

 

Meditación propuesta por la abadía benedictina de Fontgombault

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