La pareja de uno de nuestros hijos estaba en grandes dificultades. Se anunció el nacimiento de un bebé y su llegada no planificada planteó grandes problemas. La familia estaba muy perturbada y al borde del naufragio. Sin más, dimos inicio a la novena de María Desatanudos.
Una noche, en mi sueño, veo pasar una cinta frente a mis ojos y, en el medio de la cinta, un gran lazo cerrado por un nudo. Me despierto de mi sueño y me pregunto sobre lo que acababa de ver, eran las 2:00 en punto. Volví a la cama y enseguida me dormí. Segundo sueño, veo una serpiente que viene hacia mí para morderme. Un pie se posa sobre ella y la mata. Por la mañana, cuando me desperté, no entendí este segundo sueño. No había notado que, en la imagen, María tenía una serpiente a sus pies. Era esa misma serpiente.
Siguiendo estos dos sueños, identifiqué la gracia concedida. Le comuniqué este mensaje a la futura mamá, diciéndole que no se preocupara más, que todo había terminado. El bebé nació con gran alegría para todos. ¡Gracias, María!
Testimonio de X., enviado el 5 de marzo de 2019, a la Asociación Marie de Nazareth.