Descubrir a la Sagrada Familia y, en particular, aprender a conocer y amar a la mamá y al papá que iban a ser dados a Jesús, resulta de gran provecho para cada uno de nosotros. Tanto María como José tienen cosas que decirnos sobre el modo en que cada uno podemos acoger el plan de Dios, con todos los cambios que esto puede traer a nuestra vida cotidiana.
A veces pensamos que todo fue fácil para María y José, porque siempre caminaron de la mano de Dios. ¿Les fue sencillo? ¿Estamos seguros? Mirando los acontecimientos que tuvieron lugar durante los 24 meses que siguieron a su primer encuentro(1), vemos más bien que se enfrentaron constantemente a sucesivas pruebas y estas eran cada vez de mayor intensidad.
En lugar de volverlos más lejanos, la forma en que María y José vivieron estos momentos abrumadores los acerca aún más a nosotros por su humanidad: son un verdadero modelo para nuestras pruebas. Y no es casualidad, si recordamos que «Dios quiere el triunfo del Inmaculado Corazón de María», Reina del Cielo y de la Tierra, y que San José, patrono de la Sagrada Familia, patrono de la buena muerte y patrono de los trabajadores es también el patrono de la Iglesia universal.
Jacques de la Bastide, colaborador de la Asociación Marie de Nazareth.
Extracto de un artículo publicado en 2016 en la revista Ave Maria titulado: “Regard sur les épreuves de Marie et de Joseph durant les 24 premiers mois où ils se sont connus” (Una mirada sobre las pruebas de María y José durante los 24 primeros de meses en que se conocieron).
(1) En especial, el embarazo de María antes de que ellos hubieran convivido y luego la huida a Egipto para escapar a la matanza de los niños por Herodes.
Y también: Enciclopedia Mariana