20 de marzo – III Domingo de Cuaresma – Italia: Nuestra Señora de la Abundancia (1603)

Como María, nosotros también podemos alimentar a Cristo.

Eva tomo un alimento y fuimos condenados a un ayuno eterno; María dio un alimento y se nos abrió la entrada al festín del Cielo. 

A la Virgen María le correspondió concebir a Cristo en su seno, pero es la participación universal de todos los elegidos a quienes corresponde llevarlo con amor en sus corazones. ¡Feliz, sí, muy dichosa la mujer que llevó a Jesús en su seno durante nueve meses! Felices también nosotros cuando nos preocupamos de llevarlo constantemente en el corazón.

Ciertamente es maravillosa la concepción de Cristo en el seno de María, pero no es menos maravilloso verlo huésped de nuestro pecho... María alimentó a Cristo dando a sus labios la leche de su seno y nosotros ¿no podemos ofrecerle la variada comida de las buenas obras que lo deleitan?

San Pedro Damián († 1072), eremita y luego obispo de Ostia, cardenal y doctor de la Iglesia.

Y también: Enciclopedia Mariana

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