¿Sabes quién recuerda mejor tu infancia que tú? Tú madre. Los hombres tenemos memoria, pero recurrimos más a menudo a las madres y abuelas cuando queremos conocer nuestro pasado.
[...] El relato de la Infancia de Jesús que hace san Lucas, menciona dos veces la memoria de María. Cuando los pastores dejan el pesebre, nos dice: "María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón" (Lc 2,19). Y cuando el Niño Jesús es descubierto enseñando a los sabios de Israel en el Templo, entonces regresa en completa obediencia con sus padres a su casa en Nazaret. Allí también, “Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón” (Lc 2,51).
¿Será por eso que la tradición de la Iglesia primitiva asumió un vínculo vivo entre la Virgen y el Evangelista? ¿San Lucas tuvo acceso a los recuerdos personales de una madre?
Es imposible responder a esta pregunta, pero sabemos que los evangelistas registraron solo los elementos que consideraron necesarios para la formación de los futuros discípulos. Nosotros somos esos discípulos. ¿Por qué se nos dice dos veces que María “conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón”?
La respuesta es bastante relevante al comienzo de un nuevo año. Los discípulos están destinados a examinar sus vidas. Aquí es donde descubrimos al Espíritu Santo. Rara vez vemos acercarse al Espíritu Santo. La mayoría de las veces, discernimos su acción después del hecho. Es importante que miremos hacia atrás: ¿hemos crecido o decrecido a nivel humano? ¿Somos más o menos amorosos que antes? ¿Estamos más cerca o más lejos del Señor, al que amamos?
Ciertamente, descubrimos a Dios en el mundo, pero ¿cómo es que vemos lo que otros no ven? Simplemente porque hemos vuelto a mirar estas cosas con los ojos del espíritu. Porque, como Nuestra Señora, hemos reflexionado y meditado en oración.
Padre Terrance Klein, 30 de diciembre de 2021.
El reverendo Terrance W. Klein es un sacerdote de la diócesis de Dodge City, en el estado de Kansas (Estados Unidos) y autor de Vanity Faith.