María, una Madre que acompaña constantemente a sus hijos maronitas

Para los fieles maronitas, el afecto a la Santísima Virgen María no es nuevo. Nuestra Madre Celestial ha acompañado a nuestra Iglesia, desde su fundación en el siglo V hasta hoy.

Desde san Marón, patrón de la Iglesia maronita, y san Juan Marón, su fundador, hasta su actual patriarca, la Santísima Virgen siempre ha sido la compañera y santa patrona. Incluso los nombres de los patriarcados le rinden homenaje: Nuestra Señora de Yanouh, Nuestra Señora de Eligio, Nuestra Señora de Qadisha, Nuestra Señora de Deman y, finalmente, Nuestra Señora de Bkerke.

Vemos aquí el alcance de la influencia de la Virgen en la vida de la Iglesia maronita, enraizada en la tradición eclesiástica desde el principio y durante toda su persecución, mientras huía de una región a otra, experimentando el martirio y escapando por poco de los intentos de mamelucos, otomanos y muchos otros por erradicarla. Desde sus inicios, la Iglesia maronita comprendió la verdad de fe de que la Virgen María es miembro activo y esencial de la Iglesia a través de su singular misión de madre y formadora.

[…] Al mismo tiempo que los concilios de Éfeso y Calcedonia, en el siglo V, explicaban la doctrina de la persona y naturaleza de Cristo y exponían el hecho de que María es la “Madre de Dios”, los discípulos de san Marón estaban entre los más ardientes defensores de esta doctrina.

La Virgen María sigue siendo la Madre de nuestra Iglesia, la persona más amada después de su Hijo Jesús, que acompaña a nuestro pueblo de generación en generación, desde el este del Líbano hasta el mundo entero, y permanece cerca del corazón de adultos y niños que cantan el famoso himno Ya Oum Allah: «Oh, Madre de Dios, tierna de corazón... Tú eres nuestra Madre y nuestra esperanza».

Padre John Paul Bassil, OMM, superior de la Orden Maronita de la Misión B.V.M. en Australia, 20 de noviembre de 2021.

Adaptado y traducido de catholicweekly.com 

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