No, Francia no es el único Reino de Nuestra Señora. Sin embargo, Francia es el país que, más que ningún otro, ha hecho un compromiso de fidelidad solemne con Nuestra Señora, que durará mientras dure este país (…). Al escribir esto, no olvido las palabras proféticas de Paul Valéry, poco después de la Primera Guerra Mundial: «Las civilizaciones ahora sabemos que somos mortales».
¿Morirá Francia antes de que muera el mundo? Quiero decir, la Francia de nuestro amor, (…) del equilibrio entre la modestia y la grandeza, que dio origen al dicho alemán, «Feliz como Dios en Francia» o al dicho polaco, «El cielo está demasiado alto y Francia, demasiado lejos». ¿Quién puede decir que esa Francia durará tanto como el mundo? ¿Quién puede siquiera afirmar que no pertenece ya a tiempos pasados? Me rehúso a creerlo.
A través de las peores vicisitudes, el compromiso de Francia con la Madre de Dios, por muy antiguo que sea, no puede terminar, porque su amor a esta Madre ha sido siempre consustancial a ella, pero compromiso solemnemente hecho «a perpetuidad» el 10 de febrero de 1638 por el rey Luis XIII.
Ningún país, creo, fue objeto de tan absoluta y solemne consagración a Nuestra Señora, extendiéndose a todo su futuro. Esta consagración, en cuya realización tomó gran parte el sucesor de Luis XIII, el esperado Delfín, Louis-Dieudonné (Luis Diosdado), que se convirtió en Luis XIV, se extendió a toda Francia, la cual, el día previsto para conmemorarla, el 15 de agosto, solemnidad de la Asunción, organizó, primero en cada iglesia y luego en las calles de las ciudades y pueblos, la famosa procesión, cuya tradición fue tan felizmente retomada en París por el cardenal Jean-Marie Lustiger y luego por sus sucesores.
En 1922, el primer año de su pontificado, el papa Pío XI proclamó a Nuestra Señora de la Asunción patrona principal de Francia. En su carta apostólica Galliam, Ecclesiae filiam primogenitam (Francia, la hija primogénita de la Iglesia), afirma: «…Declaramos y confirmamos que la Virgen María Madre de Dios, bajo el título de su Asunción a los cielos, ha sido elegida formalmente como patrona principal de toda Francia ante Dios…».
Dominique Ponnan, historiador de arte, conservador general y honorario del patrimonio.
Extractos de: Notre Histoire avec Marie
Ver también: Questions de Foi