El santuario de María Auxiliadora de Zo-sé, ubicado en el centro de la China católica, sobre una colina a pocos kilómetros de Shanghái, tiene una relevancia nacional. En 1844, un misionero, al ver un templo budista en ruinas, pensó en abrir allí un santuario en honor a María. Su sueño se hizo realidad en 1867 y pronto los cristianos llegaron al lugar en peregrinación. Fue en este santuario, en 1924, que el Delegado Apostólico de China, todos los obispos y muchos sacerdotes vinieron a consagrar públicamente China a la Virgen.
El santuario actual, inaugurado en 1935, fue declarado basílica menor en 1942 por Pío XII. Después de la victoria militar de Mao Tse-Tung, el santuario fue profanado y permaneció cerrado durante veinte años. Pero el coraje de más de treinta mil peregrinos cambió la situación.
En 1978, entre el 15 y el 17 de marzo, los peregrinos entraron en el santuario —todavía en ruinas— y colocaron una pequeña estatua de la Virgen. Las autoridades no pudieron intervenir porque la acción se había desarrollado de forma pacífica. Reabierto así al culto, el santuario fue confiado a los sacerdotes de la Iglesia Nacional, entonces separada de Roma y que, en 1990, hizo traer de Turín una imagen de María Auxiliadora.
Galli, Attilio (1997). Madre della Chiesa dei Cinque continenti (“Madre de la Iglesia de los cinco continentes”), Udine: Ed. Segno.