Agencia Zenit: Cuando decimos «Fátima», ¿qué piensa usted como ruso y como católico?
Monseñor Kondrusiewicz(1): Pienso en muchas, muchas cosas. Después de la muerte de sor Lucía, celebramos una Misa especial. Por mi parte, me encontré con ella en tres ocasiones. La primera vez fue en 1991, en Coimbra (Portugal central). Ella no podía creer que hubiera un arzobispo en Moscú. Esto fue para ella una señal de que la promesa de Fátima se estaba cumpliendo. Estaba realmente conmovida. Me dijo que rezaba por «todas las Rusias», por todos los cristianos. Y me pidió que orara por la unidad de los cristianos. Me ofreció un rosario hecho por ella y una imagen de la Virgen de Fátima, pidiéndome que se la llevara al Patriarca de Moscú. Lo hice y el Patriarca la aceptó.
Luego, en 1996, lanzamos una peregrinación por toda Rusia con la Virgen de Fátima.
La última vez que vi a la Hermana Lucía fue en 1997. Me pidió que orara por la unidad de los cristianos. En Rusia, cada día 13 del mes, hay una procesión de antorchas y oraciones. Para nosotros católicos, el mensaje de Fátima, en la época del régimen soviético, fue una gran esperanza. Todo estaba oscuro, pero ella dijo: «Mi Inmaculado Corazón triunfará y Rusia se convertirá».
Las autoridades que firmaron el final de la Unión Soviética, el 8 de diciembre de 1991, quizás no sabían muy bien cuál era el significado de ese día: ¡era la fiesta de la Inmaculada Concepción de María!
Entrevista concedida el 15 de marzo de 2005
Y taùbién: Enciclopedia Mariana
(1) El 3 de enero de 2021, el papa Francisco aceptó la renuncia de Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo de Minsk (Bielorrusia), por haber alcanzado la edad límite (75 años).