Se registran miles de curaciones milagrosas cada año en Lourdes, uno de los santuarios más visitados del mundo. Sin embargo, solo una pequeña fracción de estas curaciones son consideradas verdaderamente milagrosas por la Iglesia. De hecho, los criterios para que una curación sea designada como tal son muy rigurosos.
Son muchos los que rechazan el fenómeno en su conjunto, porque no son conscientes del rigor de la Iglesia sobre la cuestión y desconocen que existe un procedimiento preciso para que la Iglesia valide o no los miles de aparentes milagros que le son presentados. Para muchas personas, el concepto de «milagro» es solo un discurso de charlatán, sin ninguna base científica.
Esta postura, que es también la de ciertos «intelectuales», contrasta con la respetuosa posición de ciertos científicos de prestigio, como el Dr. Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina en 2008 y quien, entre otras cosas, descubrió el VIH.
Exdirector del Instituto Pasteur, este eminente científico opinó en 2009 sobre los milagros de Lourdes en un libro titulado Le Nobel et le Moine, (El Nobel y el monje), en el que dialoga con el monje cisterciense Michel Niassault.
Cuando la discusión gira en torno a las inexplicables curaciones de Lourdes y el hermano Michel le pregunta qué piensa de ellas como no creyente, Montagnier responde: «Cuando un fenómeno es inexplicable, si realmente existe, entonces es inútil negarlo».
Si el fenómeno existe, ¿por qué negarlo? En este caso, hay que estudiarlo y no negarlo. Montagnier afirma que «en relación con los milagros de Lourdes hay algo inexplicable» y rechaza la posición de ciertos científicos que «cometen el error de rechazar lo que no entienden. No me gusta esa actitud. A menudo cito al astrofísico Carl Sagan, quien dice: "La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia"».