Cuando estaba en la escuela secundaria, pasaba a casa de mis abuelos maternos antes de volver a casa. Muy a menudo mi abuela se sentaba en su mecedora y rezaba el Rosario. Esto me marcó mucho.
En ese tiempo, había un pequeño folleto llamado «La Novena de los Rosarios». Esta novena con una intención especial consiste en rezar un Rosario diario durante 27 días por una petición particular, seguido de 27 días de acción de gracias. Una vez que mis hermanos menores se iban a la cama y la casa estaba en silencio —no teníamos televisión en ese entonces—, mi madre rezaba esta novena, acompañada de la oración y el Rosario. En la parte posterior del folleto había pequeñas casillas para marcar cada día.
En 1949, al comienzo de mi último año de la escuela secundaria, tuve la idea de preguntarle a mi madre si podía tomar prestado su folleto de la novena. Todas las mañanas me detenía en la iglesia, que estaba al lado de la escuela, para rezar la novena del Rosario. No recuerdo cuál era la intención por la que oraba, pero fue durante ese año que decidí, con la aprobación de mis padres, convertirme en Hermana de la Misericordia en Pittsburgh, Pensilvania (Estados Unidos), lo cual hice en septiembre de 1950.
¿Fue porque perseveré en rezar esta novena de 54 días que Dios obró en mi corazón? ¡Creo que sí y estoy muy agradecida por esta ayuda!
Sor Juana Snyder, RSM, hermana de la Misericordia (Sister of Mercy), en Pensilvania.
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