Une Minute avec Marie
Faire connaître et aimer Marie
El 13 de mayo de 1917, durante su primera aparición en Fátima (Portugal), donde se presentó como "la Señora del Rosario", la Virgen María animó al mundo a rezar esta oración: "Recen el Rosario todos los días para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra".
En 1947, cuando Francia estaba al borde de la guerra civil, sucedió lo inexplicable. En pocos días, en el mismo momento de las apariciones en Île Bouchard (centro de Francia), donde la Santísima Virgen pidió a cuatro niños que rezaran el Rosario por Francia, la situación política del país se restableció por completo, se alejaron todas las amenazas y volvió la paz.
Innumerables santos y Papas han recomendado el rezo constante del Rosario como un camino seguro para transformar nuestra alma a semejanza de Cristo. Esta oración es tan poderosa, que ha cambiado el curso de la historia una y otra vez, y también puede cambiar el curso de nuestras vidas.
En esta oración se practica un verdadero ejercicio de resistencia y perseverancia que nos hace fuertes contra nuestro enemigo. Esta oración nos fortalece en el combate espiritual cotidiano, en el que el Maligno se complace en hacernos caer. Así que, cuando sintamos crecer la ira o la tristeza, podemos tomar nuestro rosario, acompañar a Jesús en su pasión, tomar la mano de la Virgen al pie de la cruz y hacer nuestras las palabras de Cristo en Getsemaní: "Hágase tu voluntad y no la mía”.