17 de diciembre – Italia, Roma: primera iglesia consagrada a María

Como madre, María jamás olvida a sus hijos

Cada mes de diciembre, desde en 1993, miles de devotos del área de San Francisco, de todo California y de los estados vecinos participan en una peregrinación que pasa por las ciudades de South San Francisco, Colma, Daly City y San Francisco, en honor a Nuestra Señora de Guadalupe.

En 2020, a pesar de que la “Cruzada Guadalupana de San Francisco” se llevó a cabo de manera virtual, Francisco Hernández, de 55 años, quien padece cáncer de próstata y huesos, optó, sin embargo, por caminar los 20 kilómetros del recorrido. El pasado 5 de diciembre vino a pedir a Nuestra Señora de Guadalupe el fin de la pandemia. También oró por su propia curación y por la gracia de promover el rezo del Rosario.

Ha participado en 20 ediciones de esta romería desde su creación hace 27 años. Este año, su experiencia fue completamente diferente: “Tuve una gran alegría al caminar”, dice. Durante su caminata rezó el Rosario, escuchó cantos religiosos, le cantó a la Virgen y dijo no sentirse solo porque sintió la presencia espiritual de los miles de personas que caminaron junto a él en los años anteriores.

Francisco tiene una gran fe en Dios y en Nuestra Señora de Guadalupe, de quien recibió grandes gracias. Por ejemplo, la recuperación tras un grave accidente laboral en el que se fracturó el cráneo. En el momento del accidente, su fe ya era fuerte y desde entonces no ha hecho más que crecer. De su madre, mexicana de gran fervor, heredó su fe. “Cuando murió mi madre el 5 de diciembre de 2001 —dice—, me dejó el tesoro más grande, me dejó la fe”.

Francisco aconseja a todos los que conoce que confíen en Nuestra Señora. “Quiero decirles a todos que Nuestra Señora intercede por nosotros. Como una madre, nunca se olvida de sus hijos”, dice.

 

Adaptado de un artículo de Lorena Rojas publicado en Catholic San Francisco en diciembre de 2020

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