El 24 de abril de 2007, al finalizar la Misa ofrecida por los niños abortados, los asistentes a la Basílica del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en México, se preguntaban qué podían esperar de la Santísima Virgen de Guadalupe, ya que el gobierno de Ciudad de México acababa de legalizar el aborto.
Mientras muchos fieles tomaban fotografías del ayate del Tepeyac(1), expuesto y venerado en la basílica, y frente al cual la multitud de peregrinos desfilaba sobre un corredor móvil, la imagen de la Virgen comenzó a desvanecerse, para dar paso a una intensa luz que emanaba de su vientre, formando un halo brillante en forma de embrión.
Con un encuadre y una ampliación mayor, fue posible apreciar la posición de la luz que realmente salió del vientre de la imagen de la Santísima Virgen y que no es un reflejo ni un artefacto. El ingeniero Luis Girault, que estudió la imagen, confirmó la autenticidad del negativo y pudo precisar que no había sido modificado o alterado, superponiendo otra imagen, por ejemplo. Descubrió que la imagen no proviene de ningún reflejo, sino que literalmente proviene del interior de la imagen de la Virgen.
La luz que produce es muy blanca, pura e intensa, diferente del brillo habitual que producen los flashes. Esta luz está rodeada por un halo y parece flotar dentro del abdomen de la Virgen. El halo tiene la forma y medidas de un embrión. De hecho, si examinamos esta imagen con mayor precisión girándola, podemos distinguir ciertas áreas de sombra dentro del halo que tienen las características de un embrión humano en el útero materno.
(1) Manto del vidente Juan Diego.
https://sites.google.com/site/petitmondedeceline/notre-dame-de-guadalupe-miracles