Quiero compartir con ustedes una experiencia de rezo del Rosario en la prisión de Burdeos, en Montreal, Canadá. Trabajé ahí durante dos meses, en 1977.
Con un compañero de trabajo que también era católico, algunas veces, al mediodía, rezábamos el Rosario mientras caminábamos por el patio del edificio.
Qué alegría rezar en ese lugar un tanto especial, al que queríamos atraer la bendición de Dios y de la Virgen María. ¿No se honra a María con el título de "Puerta del Cielo" y "Mediadora de todas las gracias"?
Por medio del Rosario, a menudo le expresamos a María nuestro amor. No es un mero ensayo, es una forma efectiva de mantenerse en contacto. Treinta y nueve años después, agradezco a María por apoyar mi perseverancia.
Roger: www.perifmedia.com