10 de septiembre – Italia: Santa María de la Vida (1613)

Con María se esclarece el sentido de la historia actual

El tiempo de las dificultades llegará a su fin. María ya alcanzó la gloria, así lo afirmó en 2001 nuestro querido papa san Juan Pablo II:

Contra María y la Iglesia está el dragón, que evoca a Satanás y al mal (Ap 12). [...] El bien y el mal chocan. María, su Hijo y la Iglesia representan la aparente debilidad y pequeñez del amor, de la verdad, de la justicia.

Contra ellos se desata la monstruosa energía destructiva de la violencia, la mentira y la injusticia. Pero el versículo que sella el pasaje nos recuerda que el veredicto final está en manos de Cristo: "Salve, a la fuerza, al reino de nuestro Dios y al poder de su Cristo" (Ap 12,10).

Ciertamente, a lo largo de la historia, la Iglesia puede verse obligada a refugiarse en el desierto, como el antiguo Israel camino de la Tierra Prometida.

El desierto, además, es el refugio tradicional de los perseguidos. Es el ambiente secreto y sereno en el que se ofrece la protección divina (cf. Gn 21,14-19; 1 Re 19,4-7).

Pero, como subraya el Apocalipsis (cf. 12,6-14), la mujer permanece en este refugio solo por un tiempo limitado. El tiempo de las dificultades, de la persecución, de la prueba no es, por tanto, indefinido: al final vendrá la liberación y será la hora de la gloria. [...]

Fijemos entonces nuestra mirada en María, icono de la Iglesia peregrina en el desierto de la historia, pero tendida hacia la meta gloriosa de la Jerusalén celestial (Ap 21) donde brillará como Esposa del Cordero, el Señor Jesucristo.

Juan Pablo II, Audiencia General del 14 de marzo de 2001.

https://www.mariedenazareth.com/encyclopedie-mariale/doctrine/qui-est-marie/qui-est-marie-pour-nous/marie-et-le-sens-de-lhistoire/

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