Poco conocido, san Juan Leonardi (1541-1609) es originario de Lucca en la Toscana (Italia). Farmacéutico hasta los veinticinco años, se hizo sacerdote a los treinta y fundó, dos años después, en Lucca, la Congregación de los Clérigos de la Madre de Dios (1574). Predica y confiesa incansablemente mientras las nuevas teorías de la Reforma seducen a la juventud.
Sus éxitos le valieron una violenta persecución. Amenazado de muerte, huyó a Roma donde tomó a san Felipe Neri como padre espiritual. Cuando san Felipe dejó Roma, san Juan Leonardi instaló a su comunidad en la casa que le dejó su padre espiritual. Le hubiera gustado partir para misiones lejanas y para ello fundó, en 1603, las bases del Seminario para la Propagación de la Fe, destinado a la formación de sacerdotes nativos enviados como misioneros. Murió a causa de la plaga, al contraer la enfermedad mientras atendía a los enfermos.
Entendió que cualquier reforma debe tener lugar dentro de la Iglesia y nunca contra la Iglesia. En este sentido, Juan Leonardi fue extraordinario y su ejemplo sigue vigente. Cualquier reforma debe, por supuesto, tocar las estructuras; pero debe, en primer lugar, estar inscrita en el corazón de los creyentes. Solo hombres y mujeres santos, que se dejan guiar por el Espíritu divino y que están dispuestos a tomar decisiones radicales y sólidas a la luz del Evangelio, pueden renovar la Iglesia y contribuir de manera decisiva a la construcción de un mundo mejor.
Fuente: VIS 091007 - 520. Martirologio romano
https://nominis.cef.fr/contenus/saint/1988/Saint-Jean-Leonardi.html