A través del Rosario, podemos obtenerlo todo. Según una curiosa comparación, se trata de una larga cadena que conecta al Cielo con la Tierra. Un extremo está en nuestras manos y el otro en las de la Santísima Virgen. Mientras se reza el Rosario, Dios no podrá abandonar al mundo, porque esta oración es poderosa para su corazón. Es como la levadura que puede regenerar la Tierra.
La dulce Reina del Cielo no puede olvidar a sus hijos que repiten sin cesar sus alabanzas. El Rosario se eleva como incienso a los pies del trono del Todopoderoso. María enseguida lo presenta como el rocío benéfico, que viene a regenerar los corazones. No hay oración más agradable a Dios que el Rosario".
Santa Teresa del Niño Jesús, escritos de 1887.
Y también en la enciclopedia mariana: https://www.mariedenazareth.com/