Cuando la Biblia nos dice que el faraón se quitó el anillo y se lo puso en el dedo a José, lo hizo ponerse una túnica de lino fino, le puso un collar de oro al cuello, lo mandó subir a su carro mientras los héroes gritaban frente a él: “¡De rodillas!”, ¿no deberíamos ver así profetizado el triunfo de nuestro glorioso José?
¿No es la Iglesia la que todavía nos habla de él, como lo hizo una vez el Faraón?: “Vengan a José”. Pónganse bajo su tutela. ¡Confíen en su sabiduría y poder! Los dos querubines tallados en el Arca de la Alianza "son como un símbolo de María y José en actitud de adoración, como en Belén alrededor de la cuna de Jesús".
Dos evangelistas, Mateo y Lucas, nos dan la genealogía que establece que José era ciertamente del linaje real de David. "¿De quién será hijo el Mesías?", Jesús pregunta un día a los fariseos. “¡De David!”, responden de inmediato. De hecho, a menudo se dirigían a él bajo este título: "¡Jesús, hijo de David!".
San Agustín comenta: "No tengamos miedo de remontar la genealogía de Jesús por la línea que termina en José, porque como él es un marido virgen, así es un padre-virgen. No temamos poner al marido antes que a la mujer, según el orden de la naturaleza de la ley de Dios. Si dejáramos de lado a José para mencionar solo a María, él nos diría con razón: “¿por qué me separan de mi esposa? ¿Por qué no quieren que la genealogía de Jesús termine conmigo?”. ¿Le diríamos: “porque no has engendrado por obra de la carne?”. Él nos respondería: “y María, ¿ha engendrado por obra de la carne? Lo que el Espíritu Santo hizo en ella, lo hizo por ambos”.
Así, José al cerrar la genealogía nos aparece como la llave que cierra el Antiguo Testamento y abre el Nuevo. Pertenece a ambos Testamentos al mismo tiempo. Es el último de los viejos patriarcas y el primer santo de los nuevos.
Padre Michel Gasnier OP
Gasnier OP, Michel, 30 visites à Joseph le silencieux (30 visitas a José el discreto), Éditions Salvator (2010), reedición de 1956.