Los padres que experimentan la dolorosa experiencia del duelo o de la infertilidad, no son ignorados por la Iglesia: el santuario de Nuestra Señora de las Gracias, en Cotignac (Var, Francia), ha acogido recientemente la iniciativa “Mirador por la vida”. Se trata de dos oratorios diseñados especialmente para parejas que esperan un hijo y que afrontan dificultades y donde éstas pueden depositar sus intenciones ante María, Nuestra Señora de la Vida. Dichos oratorios fueron inaugurados el 28 de marzo de 2021 por monseñor Rey, obispo de Fréjus-Toulon (Francia), durante la misa del Domingo de Ramos.
Para el hermano Hubert-Marie de Bazelaire, rector del santuario, era urgente dedicar un nuevo santuario a la acogida de la vida en este tiempo en el que reina la “cultura de la muerte” y en el que la vida se está volviendo cada vez más frágil. Se tallaron así dos estatuas para colocarlas en el promontorio que domina el valle. La primera alude a la Presentación en el Templo. Así, la ofrenda de María, que viene a ofrecer a Dios a su Hijo recién nacido, se suma a las alegrías y obstáculos que atraviesan todas las madres. La otra representa dos manos de roble cargando a un niño de alabastro, simboliza el dolor que se convierte en oración por manos de María y expresa a la vez la agonía de los inocentes que no han visto la luz, así como el sufrimiento de las mujeres a quienes les hubiera gustado acogerlos en su vientre.
La imagen de María, consoladora y protectora de la vida, permite encontrar la paz y la ayuda que viene de Dios, a todos aquellos que se enfrentan a la discapacidad o a la enfermedad de su futuro hijo; al drama del aborto espontáneo o voluntario; al duelo perinatal o a la esterilidad. “Esta es una buena noticia para las parejas que, sin buscarlo, no encajan en el patrón tradicional de parejas que esperan un niño y que a veces pueden sentirse poco acogidas en la Iglesia, por falta de propuestas para parejas con dificultades para concebir”, explican Solange y Antonio, que han estado esperando un hijo desde que se casaron hace cuatro años. El santuario ya ha anunciado la organización de peregrinaciones: las parejas que tengan dificultades para procrear podrán venir aquí a depositar sus peticiones.
Para Charlotte también es "un gran alivio". La joven, que se sometió a un aborto hace unos años por presión familiar y que desde entonces se ha distanciado de la Iglesia, ve aquí "un signo del amor incondicional de Dios".
Adaptado de: Famille Chretienne