Un grupo de teólogos luteranos de Alemania del Este publicó en 1971 un manifiesto que contiene líneas de una lealtad conmovedora:
“En Lourdes, Fátima y otros santuarios marianos, la crítica imparcial se encuentra ante hechos sobrenaturales que tienen una relación íntima con la Virgen María, ya sea por las apariciones o por las gracias milagrosas solicitadas y obtenidas por su intercesión. Estos son hechos que desafían la explicación natural. Hasta ahora, 1200 curaciones realizadas en Lourdes han sido reconocidas por los médicos como científicamente inexplicables. Pero la Iglesia Católica solo ha declarado milagrosas 44. Durante 30 años, 11,000 médicos, independientemente de su religión u opinión científica, han tenido acceso gratuito a la Oficina de Observaciones Médicas. Una curación declarada milagrosa tiene, por tanto, la mayor garantía posible”.
“¿Cuál es el significado profundo de estos hechos milagrosos en los planes de Dios? Parece que, a través de estos hechos, Dios está dispuesto a responder radicalmente a la incredulidad moderna. ¿Cómo podría un incrédulo, ante estos hechos, perseverar honestamente en su falta de fe? ¿No deberían estos hechos llevarnos a devolver a la Madre de Dios a la Iglesia Evangélica? ¿No son una prueba irrefutable del papel que María está llamada a desempeñar hoy para nuestra Salvación?
Hoy, en uno u otro país, está en juego la existencia del cristianismo. Sería el colmo de la inconsciencia ignorar la voz de Dios que, a través de María, habla al mundo y darle la espalda solo porque hace oír su voz en la Iglesia Católica. (…) Tanto más cuanto que la Madre de Dios no fue excluida de la Iglesia Reformada, sino que solo fue expulsada después de la Guerra de los Treinta Años y, más tarde, por los filósofos librepensadores del siglo XVIII. Al sofocar el culto a la Virgen en los corazones evangélicos, destruyeron los sentimientos más delicados de la piedad cristiana”.
Viaje y misión núm. 113, por PJE
Publicado en Recueil marial 1991 (Florilegio mariano) del hermano Alberto Pfleger.