29 enero – Italia: Nuestra Señora de los capuchinos (1630)

“Reza tu Rosario y guarda el corazón en paz”

Reza tu Rosario, dice Dios,

y no te preocupes por lo que dijo aquel insensato:

que es una devoción obsoleta que será abandonada.

 

Esta oración —yo te lo digo—,

es un rayo del Evangelio:

y no me la van a cambiar.

 

Lo que me gusta del Rosario —dice Dios—

es que es sencillo y humilde.

Como fue mi Hijo.

Como fue mi Madre.

 

Reza tu Rosario: encontrarás a tu lado,

como compañeros, a todos los que aparecen en el Evangelio:

a la pobre viuda que no estudió

y al publicano arrepentido que olvidó el catecismo;

al pecador asustado que nos gustaría abrumar,

y a todos los desvalidos que su fe les ha salvado;

y a los buenos pastores, como los de Belén,

que descubren a mi Hijo y a su Madre.

 

Reza tu Rosario, dice Dios,

tu oración debe ir, ir y venir,

como las cuentas del rosario entre tus dedos.

 

Así que, cuando quieras, te lo aseguro,

recibirás el alimento adecuado,

que fortalece el corazón y tranquiliza el alma.

 

Vamos —dijo Dios— reza tu Rosario

y mantén tu mente en paz.

Charles Péguy (1873-1914), escritor y poeta francés.

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