7 de diciembre – San Ambrosio, doctor de la Iglesia († 397) – Vigilia de la Inmaculada Concepción

La concepción de María

«No hay duda de que, en esta necesaria concepción, un espíritu vivificante e incandescente llenó a cada uno de los dos padres de un poder singular y que nunca faltó la protección y la visita de los santos ángeles» (1).

Estas palabras significan que Joaquín y Ana habrían estado en el centro de una misteriosa intervención por parte de Dios, que los habría hecho capaces de generar una criatura fuera de lo común y que tenía delante de sí un futuro cargado de acontecimientos sobrenaturales. Esto también quedaría demostrado por la sucesión de presencias angelicales alrededor del niño predestinado.

El Señor, por tanto, quería que una criatura tal apareciera rodeada por un esplendor único, resultado de una pureza admirable: «Virgen extraordinariamente bendita, no puedes, en cuanto a méritos, compararte con nadie y, en lo que concierne a la castidad, nadie puede igualarte» (2).

 

Padre Luigi Gambero (1930-2013), sacerdote romano, escritor especialista en Mariología.

Ver también: Enciclopedia Mariana

(1) San Bernardo: Sermo VI in Nativitate B.V.M., PL 141, 326 C, traducción de Françoise. Breynaert

(2) San Bernardo: Sermo VI in Nativitate B.V.M., PL 141, 327 A, traducción de Françoise. Breynaert

 

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