27 de agosto – Santa Mónica, madre de san Agustín, († 387) – Francia, Quézac: Nuestra Señora de Quézac

“Una oración incomparable y de una eficacia soberana”

El papa León XIII, papa de 1878 a 1903, dedicó al rezo del Rosario más de 12 encíclicas o cartas. Esto llevó a que se le llamara "el Papa del Rosario" (hecho único en los anales de la Iglesia). Aquí algunas citas de sus escritos:

“Se puede decir que, en las familias y entre los pueblos donde la práctica del Rosario ha conservado su lugar como en el pasado, no hay razón para temer que la ignorancia o el veneno del error destruyan la fe”.

"Para salvar a sus hijos de este gran peligro de ignorancia religiosa, la Iglesia no escatima todos los medios que le sugiere su preocupación y vigilancia. Destacado entre los alimentos de la fe es el Rosario de María. El Rosario, en efecto, supone, con la repetición regular de una oración muy hermosa y muy eficaz, la meditación y contemplación sucesivas de los principales misterios de nuestra religión” (encíclica Magnae Dei Matris, 7 de septiembre de 1892).

“El Rosario condensa en sí mismo todo el culto que le debemos a María. Para honrar a María y merecer sus favores, no hay mejor oración que el Santo Rosario” (encíclica Octobri mense).

“El Rosario es «una oración incomparable de suprema eficacia». (…) Indudablemente, hay varias formas de obtener ayuda de María. Sin embargo, creemos que la institución del Rosario es la mejor y la más fecunda” (Encíclica Adjuticem populi, 1895).

"Para que las súplicas alcancen eficacia máxima recurrimos a María por medio del Rosario” (León XIII en 1891).

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