21 abril - San Anselmo, obispo de Canterbury, doctor de la Iglesia, † 1109

Toda la creación es la obra de Dios y Dios nació de María

Oh, mujer llena de gracia, cuya plenitud desbordante renueva a toda la creación. Oh, Virgen Santísima, más que bendita, por tu bendición es bendito todo lo que existe, no solo la criatura por el Creador, sino también el Creador por la criatura.

Este Hijo, a quien Dios ama como a sí mismo, porque era el único engendrado de su corazón que era su igual, este Hijo, Dios se lo dio a María y, al varón nacido de María, lo hizo su Hijo, no a otro, sino al mismo, de modo que es por naturaleza el mismo Hijo unigénito, común a Dios y a María.

¡Toda la creación es obra de Dios y Dios nació de María! ¡Dios creó todo y María engendró a Dios! Dios que hizo todo, se hizo a sí mismo a partir de María y así recreó todo lo que había creado. Él, que supo hacer todo de la nada, no quiso rehacer su creación profanada sin María.

Dios, el Padre del universo creado; María, la Madre del universo recreado. Dios es el padre del establecimiento de todas las cosas y María, la madre de su restablecimiento. Porque Dios engendró a Aquel por quien todo fue hecho, y María dio a luz a Aquel por quien todo fue salvado.

Dios engendró a Aquel sin quien absolutamente nada existe y María dio a luz a Aquel sin quien absolutamente nada es bueno. En verdad, el Señor está contigo, ya que el Señor te ha concedido que toda la naturaleza esté en deuda contigo tanto como con Él.

San Anselmo de Canterbury

Extractos de Oraciones y meditaciones, núm. 7.

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