Si san Juan Pablo II fue el primer papa en visitar el santuario mariano de Lourdes, al sur de Francia, en 1983, para volver allí en 2004, seguido de Benedicto XVI en 2008, seis cardenales y futuros papas acudieron también en peregrinación antes de su elección. A partir de la década de 1890, fue el caso del futuro Benedicto XV (1914-1922) y Pío XI (1922-1939).
Es este último quien beatificará a la vidente de Lourdes el 14 de junio de 1925 y la canonizará el 8 de diciembre de 1933. El futuro Pío XII (1939-1958) llegó a Lourdes en 1935. En cuanto al cardenal Roncalli, poco antes de convertirse en Juan XXIII (1958-1963), fue allí para consagrar la Basílica de San Pío X, construida con motivo del centenario de las apariciones. El cardenal Montini, futuro Pablo VI (1963-1978), visitó Lourdes dos veces, en 1958 y en 1962, mientras que el futuro Juan Pablo I (agosto-septiembre de 1978) llegó en 1975.
El papa san Pablo VI evocó a menudo Lourdes y su significado evangélico: “Habéis conservado en el santuario mariano su sentido original, su nota evangélica; en torno al ejemplo de María Inmaculada y con su intercesión, esta peregrinación permite una renovación de la fe en la oración, en la reconciliación con Dios, en el compartir fraterno”, dijo a los obispos de la región Midi-Pyrénées en 1967.
Adaptado de: Aleteia