En Bra, un pequeño pueblo de la provincia de Cúneo, que siempre ha pertenecido a la diócesis de Turín, en Italia, la noche del 29 de diciembre de 1336, una joven esposa, a punto de ser madre, pasó junto a una columna votiva dedicada a la Virgen, en las afueras del pueblo. Dos soldados de una de las compañías de mercenarios que trabajaban en el campo, se habían escondido ahí. Egidia Mathis —así se llama la mujer—, al verse agredida por los dos hombres y con la intención de violarla a pesar de su avanzado embarazo, se aferró, desesperada, a la Virgen pintada en la columna e invocó su ayuda.
De pronto, un destello de luz brilló en la imagen, cegando a los dos soldados, los cuales, aterrorizados, huyeron precipitadamente. Luego, al lado de Egidia, apareció la misma Virgen, consolándola unos minutos y asegurándole que el peligro ya había pasado. La visión desapareció y, después del miedo y de la emoción, tuvo lugar el parto al pie de la columna. Con el bebé recién nacido envuelto en su bufanda, la joven madre logró llegar a la casa más cercana.
La noticia de este hecho extraordinario se supo incluso en la ciudad: a pesar de la hora tardía, la gente acudió en masa al lugar de la agresión y de la aparición. Allí les esperaba un espectáculo prodigioso: la columna estaba rodeada de tupidos arbustos de endrinos que, inesperadamente, se habían cubierto de flores blancas a pesar del duro clima de fines de diciembre. Desde entonces, la floración se repite en la misma fecha.
Vittorio Messori, escritor italiano nacido en 1941.
Extracto de Ipotesi su Maria (Hipótesis sobre María)