Nuestra Señora del Perpetuo Socorro hizo posible mi matrimonio religioso

Cuando era muy joven, a los seis años, comencé a asistir al monasterio cisterciense ubicado a pocos kilómetros de nuestra ciudad. La religiosa a quien se le encomendó mi supervisión estaba encargada de realizar los iconos de Nuestra Señora que se vendían en la tienda del Monasterio. Entre todos ellos, tuve un apego especial a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de la cual guardé un pequeño icono en mi maleta durante mucho tiempo.

Después de que me mudé a la universidad y luego para casarme, no lo volví a ver. Sin embargo, conservé una imagen en mi breviario. Hace unos años, estaba pasando por una situación cada vez mas difícil en el trabajo y mi icono, mi mamá secreta, me hacia falta.

En 2018, gracias a san José, encontré otro trabajo. Regresé al monasterio y compré un gran icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que guardé en mi habitación. Fui cambiada de puesto y, cuando me mudé a vivir a otra parte, dejé el icono y algunas cosas; pero una voz interior me repetía con insistencia que me llevara también el icono. Lo cual hice en 2019. Encendí velas durante los primeros nueve días de cada mes. Lo hice tres meses seguidos. Mi esposo, que durante 26 años había rechazado el matrimonio religioso, vino él mismo en enero de 2020 a rogarme que aceptara casarme por la Iglesia.

A pesar de la pandemia, tuvimos una boda muy hermosa y dedicamos nuestro hogar a Nuestra Señora. Mi querida Señora, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es extraordinaria en gracias. Récenle, ¡récenle siempre!”.

W. N.: Testimonio recibido el 21 enero 2021 en la Asociación Marie de Nazareth