Inaugurado el 12 de diciembre de 2015, el Santuario de Nuestra Señora de la Merced en San Pedro (Suroeste) tiene una extensión de tres hectáreas. Es el cuarto santuario mariano en Costa de Marfil, después de los de Abiyán, Grand-Bassam e Issia. Construido hace 5 años, este lugar de culto responde a la necesidad de acoger peregrinos de todas las diócesis.
El Santuario de Nuestra Señora de la Misericordia promete una espiritualidad mariana y católica en torno a los sacramentos y devociones. A los peregrinos, según declaran los párrocos, se les ofrecen confesiones, Misa, bodas, adoración al Santísimo Sacramento, Vía crucis, escucha y acompañamiento espiritual, retiros espirituales, vigilia de meditación de 1000 avemarías y retiros espirituales.
A lo largo de la mañana, los visitantes acuden constantemente, suben las escaleras que llevan a la estatua de la Virgen María, se quedan allí unos minutos y colocan velas, flores o depositan dinero en una alcancía antes de bajar. Este es el caso de Elizabeth, una joven de unos treinta años, con su bebé a cuestas. “Siempre que puedo, vengo aquí a rezar —explica—. Nuestra Señora nos escucha y siempre nos consuela en nuestras dificultades”.
"La Virgen de la Misericordia no deja de acoger a sus hijos marcados por la miseria espiritual, económica, física, socio-profesional y moral —destacó el padre Dossou, rector del santuario—. La Virgen se presenta como la respuesta del Padre de la Misericordia para todos los niños abrumados por la miseria humana”.
Con la pandemia de coronavirus, las actividades del santuario disminuyeron durante un par de semanas. Hoy se están reanudando.
Adaptado de un artículo de Lucía Sarr