El mismo año en que el arzobispo de París Jacinto-Luis de Quélen autorizó acuñar la Medalla Milagrosa (1832) solicitada por la Virgen María a la joven Catalina Labouré en el convento de la calle del Bac, en París (Francia), el abad Desgenettes fue nombrado párroco de Nuestra Señora de las Victorias, otro santuario mariano parisino. Se sintió abrumado por la incredulidad de la gente del mundo de los negocios y el dinero que abundaba en su parroquia.
El 3 de diciembre de 1832, mientras celebraba la Misa, escuchó una voz interior que lo invitaba a consagrar su parroquia al Inmaculado Corazón de María. Estableció una hermandad de oración, la Fraternidad del Corazón de María. Las conversiones se multiplicaron. La Purísima había querido revelarse como “Refugio de los pecadores”1.
La Iglesia de los agustinos descalzos o Petits-Pères había sido nombrada Nuestra Señora de las Victorias por el rey Luis XIII, en reconocimiento a la toma de La Rochelle (1628). A partir de entonces, evoca la victoria de María sobre el pecado y la acogida materna que reserva a los pecadores.
1 En los Alpes de la Provenza (Francia), en el santuario de Nuestra Señora de Laus, la Virgen María se presentó también como “Refugio de los pecadores”. La Virgen se apareció allí a la vidente Benita Rencurel de 1664 a 1718.
Adaptado de Paris Catholic