El papa san Juan Pablo II visitó el 18 de noviembre de 1980 el santuario mariano más famoso y antiguo de todo el sur de Alemania: el de Altoetting, en Baviera, cerca de la frontera con Austria. El santuario se remonta al periodo carolingio, en tiempos del santo obispo Rupert.
Durante la temporada de peregrinaciones, la procesión de antorchas termina frente a la Gnadenkapelle (Capilla de la Gracia), con la invocación: "¡Ayúdanos María, ayúdanos María, ayúdame a mí también! ¡Un pecador está ante ti! Oh, Madre de misericordia, ¡quédate cerca de mí el día de mi última agonía!”. Aún más conmovedora es la costumbre absolutamente única de llevar una cruz de madera sobre los hombros y dar tres vueltas alrededor de la capilla, rezando e implorando a la Madre Dolorosa que nos obtenga el perdón de los pecados.
Varias personalidades importantes quisieron que sus corazones fueran colocados en una urna o enterrados bajo los adoquines de la Santa Capilla, entre otros, los corazones de los duques y reyes de la familia Wittelsbach (familia de la famosa emperatriz "Sissi").
Se dice que, durante la Segunda Guerra Mundial, al ver la llegada del ejército estadounidense, las tropas nazis de las SS se refugiaron en el convento de Altoetting, después de haber fusilado al decano. Los estadounidenses advirtieron que bombardearían el lugar si no se encendía la luz eléctrica; los nazis se negaron a hacerlo; pero un valiente peregrino logró encender la luz, pagando con su vida su acto de valentía mientras salvaba al santuario de la destrucción...
Marie de Nazareth