El 15 de octubre de 1950, la vidente de Fátima, la hermana Lucía, destacó fuertemente la importancia del escapulario durante una conversación con el padre Rafferty. "En muchos libros sobre Fátima —señaló al padre Rafferty—, los autores no mencionan el escapulario cuando presentan el mensaje de Fátima. ¡Qué equivocados están! —reclamó la vidente—. El escapulario es el signo de nuestra consagración al Inmaculado Corazón de María”.
El padre Rafferty quería saber si los líderes del Ejército Azul1 tenían razón al insistir en el uso del escapulario. La hermana Lucía le respondió: "Sí, esta práctica es esencial para cumplir con las peticiones de Nuestra Señora de Fátima.
—¿Dirías que el escapulario es tan esencial como el rosario?
—El escapulario y el rosario son inseparables”.
De hecho, el hábito indica que quien lo usa pertenece a la persona de quien lo recibió y, a cambio, esta persona lo protege. Como en todo ejército, el compromiso de servir implica usar un uniforme. Del mismo modo, el escapulario manifiesta, por parte de quien lo usa, la pertenencia a María y, por parte de Nuestra Señora, el compromiso de socorrerlo en cualquier ocasión, especialmente a la hora de la muerte.
Usar el escapulario es un acto muy simple que requiere solo un pequeño esfuerzo, el de ser impuesto por un sacerdote y luego llevarlo puesto. Desafortunadamente, esta práctica a menudo se descuida cuando el esfuerzo que requiere es más fácil que el rezo diario del Rosario, por ejemplo.
Es aún más lamentable porque, al uso del escapulario, se une la gracia de la perseverancia final. En el siglo XIII, Nuestra Señora que se apareció a san Simón Stock, le confió: “El que muera llevando este hábito será salvo”. Esta promesa ha sido reconocida desde entonces por la Iglesia y es perfectamente coherente con las palabras de Nuestra Señora el 13 de junio de 1917: “A quien abrace esta devoción (del Inmaculado Corazón de María), le prometo la salvación; Dios amará a estas almas, como flores colocadas por mí para adornar su trono”.
1 El ejercito Azul de María o el Ejército Azul de Nuestra Señora de Fátima, actualmente es conocido como Apostolado Mundial de Fátima.
Yves de Lassus, presidente de Cap Fátima 2017