En mayo de 1957, en Westboden, un distrito de la ciudad de Düsseldorf en Alemania, una calle entera se incendió. Los piadosos habitantes de una de las casas afectadas, viéndose ellos mismos en el centro del incendio, colocaron un escapulario en la puerta principal y huyeron.
Llamas y chispas llovieron sin cesar sobre la vivienda durante cinco horas. Cuando el fuego finalmente fue controlado, vimos que veintidós casas habían quedado reducidas a cenizas. Solo aquella de cuya puerta colgaba el escapulario permaneció intacta.
Los cientos de personas que vieron con sus propios ojos la casa "milagrosa" entre los escombros son los testigos oculares del poder de intercesión de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
Testimonio de un carmelita alemán.